Cuesta del Obispo

“Impactante en cualquier época del año”

Ubicación: Conecta el Valle de Lerma con el Alto Valle Calchaquí (en Salta)

Ruta: Provincial Nº33

Distancias: de la Cuesta: 20 km.

Desde Salta hasta donde se inicia: 83 km.

 

Llamada así, porque en 1.622, la máxima autoridad eclesiástica salteña de la época, Moseñor Cortázar, viajaba desde la actual capital salteña a Cachi. Tuvo que pernoctar en la mitad de la subida.

En los primeros tiempos, el camino fue llamado “Cuesta de la dormida del Obispo”, pero luego se simplificó con el nombre como hoy se la conoce.

Históricamente, el Valle Calchaquí era mucho más poblado que el Valle de Lerma. Primero los nativos que ocuparon las fértiles tierras a la vera del río del mismo nombre, luego éstos fueron sometidos por los incas y más tarde éstos por los españoles conocidos encomenderos…

Esta cuesta fue testigo del desarraigo de los Chicoanas que vivían en el Valle Calchaquí y que fueron trasladados hacia donde hoy se localiza la actual Chicoana en el Valle de Lerma.

Cuentan los viejos pobladores del Valle, que en la época colonial y hasta principios del siglo XX se tardaba para un viaje desde la ciudad hasta Molinos, no menos de tres días. Se partía en coche, tirado por caballos, hasta el pie de la cuesta. Allí se pernoctaba y se seguía a lomo de mula (animal adaptado a zona montañosa. Cruza de burro con yegua) o a caballo. Todavía hoy se puede observar por partes, el antiguo camino “tropero”. Al llegar a Posta “La Cochera” se cambiaba nuevamente, y se seguía en coche. ¡Tres sufridos días para hacer 200 km.!

A pesar de todas estas incomodidades, se transportaba de todo. Muchas familias tradicionales poseen pesados y finos muebles traídos desde Europa.

En la actualidad, la cuesta, de 20 km., es ancha, enripiada y permanentemente conservada. Es incierta su pavimentación debido a que presenta una marcada falla geológica visiblemente reconocible de color amarillento.

Presenta dos bifurcaciones: Una hacia la derecha que conduce a La Zanja, excelente zona porotera; y otra cerca del km.15 hacia la izquierda que lleva tras 3 km. en descenso al Valle Encantado. Lugar que hace honor a su nombre, poblado de lagunitas que se forman por las lluvias y gran cantidad de flores que contrastan entre las inertes formaciones pétreas bajo la atenta mirada de los cóndores que revolotean este sector del Parque Nacional Los Cardones..

La cuesta culmina en la Piedra del Molino a 3.340 m.s.n.m., una auténtica roca de granito para moler, que no se sabe quién la dejó allí, ni por qué.

Siempre hay que tener algunas precauciones, como la de llevar un abrigo porque hace frío. En invierno suele nevar y en verano llover. A veces se presenta con niebla. Cabe destacar la solidaridad de quienes la transitan, siempre dispuestos a colaborar ante cualquier urgencia.

Es, sin duda, un lugar mágico para sacar espectaculares fotos!